sábado, 11 de septiembre de 2010

Mi primera disertación

El viernes finalizaron en la sala Pablo Picasso del Paseo La Plaza, las Primeras Jornadas Nacionales de Prensa y Comunicación, un espacio que me abrió las puertas para dar mis primeros pasos como disertante.

Como todo "hacer humano" merece una lectura crítica. Quedó una deuda por saldar : contar con claridad, qué tenía Marcela Varela para ofrecer al auditorio.

Marcela Varela no tiene años de trayectoria; pero el escaso tiempo que hace que se dedica al Periodismo está abonado por una fuerte vocación y disposición para el trabajo. Está avalado por los conocimientos adquiridos en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata, que es su orgullo; y por innumerables capacitaciones.

La oferta era sencilla, simple y humilde: era demostrar que vos, que él, que nosotros, que todos podemos superarnos, que con la formación académica no es suficiente para moverse en ciertos escenarios, que hay que caminar la calle, conocer su gente, ya que de eso vivimos; de comunicarnos con los otros.

¿Por qué hablar en las jornadas, de la Comunicación Política para reflejar todo esto? Porque la experiencia fue enriquecedora, más allá de los resultados electorales del caso planteado.

La importancia de la disertación estaba en contar una experiencia laboral en el tema y posibles maneras de resolver problemas; que de eso se trata nuestra labor cotidiana, de superar obstáculos.

No hubo estafa. Al comienzo de la disertación aclaré que no iba a teorizar sobre la Comunicación Política, ni me presenté como jefe de campaña del presidente Obama.

Desde el comienzo me distancié de los profesionales de trayectoria, reconociendo que estaba más cerca del auditorio que del estrado.

Pero a ver, más cerca no porque no valga lo que peso, sino porque mi objetivo era que los estudiantes vieran a un Sísifo de la Comunicación; a una persona que no se desmoraliza porque el mercado laboral no alcanza a cubrir las demandas.


Marcela Varela es una apasionada del Periodismo y la Comunicación que pelea desde hace años por vivir de su profesión.

Como aprendí a recibir con agrado todo lo que la vida me da; lo mucho, lo poco, lo grande y lo pequeño, es que mi balance fue positivo; con esto no quiero decir brillante...